Nacer en Punta Arenas, trae consigo el
mar y por consecuencia; el Estrecho de Magallanes. Ese mar siempre estuvo y
estará presente en mi vida, desde lejanos días cuando lo observaba desde la
ventana de mi casa, hasta el hoy cuando camino por su costanera. Sus playas,
eran el lugar de juego en los primeros años y con el paso del tiempo, se fue
transformando en esa frontera azul que dividía esta tierra de la otra tierra,
allá al otro lado del mar. Porque aquello era “Lo Permanente” -la lejana
tierra-, en contrapunto a esos navíos que surcaban el estrecho y solo pasaban:
“Lo Efímero”…
Más, debo
reconocer
…que osa mostrarse –desde mi niñez- como un misterio a
resolverse, o a revelarse, o tal vez a re-pensarse, pues lucha constantemente
en esa dicotomía de unión-desunión, marcada fuertemente por el paso de quienes
sólo desean pasar al otro lado, en busca del mar abierto y aquellos que quieren
cruzarlo para reconocer esa otra tierra….
…desde siempre ha
unido dos mares: entre Oriente y Occidente, entre civilización y
barbarie –por así llamarlo- en la antigüedad, entre viejos y nuevos mundos, entre
sueños y utopías…
…pero, a la vez: desune dos tierras, dejando esa lejanía
extendida de territorio desconocido al otro lado del mar y que, en tiempos no
lejanos, separó la civilización de la cosmopolita ciudad de Punta Arenas de ese
otro territorio lleno de aventureros y pioneros en busca de una nueva vida…
…une y desune… se la atraviesa como se la cruza… está ahí
desde siempre y sin embargo –yo creo-, no hemos podido descifrar qué es lo que
la trasciende..
Entonces…
¿Qué es este Estrecho?
…sino un catalizador de viejos y nuevos sueños, un
irrupción de nuestra mirada porque la tierra al otro lado de este mar aún
permanece solitaria… tal vez, haya que intentar descifrar que ese pasar de un
lado a otro en el sentido de las aguas qué significado tiene, es decir, el
cruzar el estrecho. Y a la vez, también
descifrar, ese tránsito en el otro sentido; ese pasar de quienes, parecieran
renegar de la tierra buscando otros mares…
…y tal vez, todo esto generó una límite interior -que
debemos revelar-, pues la frontera…
Debe ser reconocida…
Debe ser descubierta…
Debe ser habitada…
…y por mientras, las aguas seguirán corriendo de mar a
mar… mientras miramos más allá sin saber a qué atenernos, porque los viejos
sueños se fueron con el viento que hinchó las velas por vez primera de los adelantados…
(Puerto Natales, Febrero, 2018)
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