domingo, 17 de junio de 2018

El Borde/Límite inserto en el Estrecho de Magallanes como Mar Interior:


Desde tiempos pretéritos, este paso de mar -para quienes lo atravesaron por vez primera y para quienes siguen haciéndolo- se muestra como lo que es;  un sentido de tránsito de un lado al otro, es decir el paso entre dos océanos.  
Quizás pocos de aquellos que se han asomado desde su navío –en este cruce- han mirado con extrañeza, tal vez emoción o con esa mirada del soñador, estos bordes que limitan las tierras que acogen este pasar, que no es otra instancia que este mar interior.  Sin embargo; están los otros, los que observan desde el borde aquel paso de los navíos,  quienes cada nuevo día desde lejanos tiempos han observado hacía otro lado de este mar interior: la otra tierra.  Y en ese acto tan propio del ser, han querido fundar –a propósito o quizás sin quererlo- obras con un fin, que en el hoy determinan otros fines totalmente distintos, que no es más que el sueño oculto de querer apropiarse de este pedazo de mar, atravesándoloy así; apropiándoselo.  Y hablo de estructuras, así de señales,  de signos y de  gestos, que como simples observadores podemos traducir en: rampas en uso y en desuso, muelles abandonados, pueblos vacíos, restos de buques varados, torres de luces que nunca acaban.  En sí, reafirmando el sentido de la huella del hombre abandonado/presente en el borde mismo para siempre, mientras el tránsito sigue su curso y a otros soñadores este paso les pertenece.










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